¿Te ha pasado que después de comer sientes dolor en el estómago, acidez o gases? Esto probablemente se debe a que tienes una mala digestión. Así que antes de que normalices este tipo de malestares, déjanos darte 7 tips sencillos para que sepas cómo mejorar la digestión sin gastar mucho. Algunas de estas recomendaciones son muy fáciles de implementar en tu día a día, sólo es cuestión de acostumbrarte. ¡Sigue leyendo!
Por qué se produce la mala digestión
Antes de ahondar en el tema, es importante que entendamos a detalle qué es la digestión. La digestión es el proceso esencial de nuestro cuerpo que nos ayuda a convertir los alimentos y bebidas en sustancias sencillas para que nuestro organismo las absorba fácilmente.
Gracias a este proceso nosotros obtenemos los nutrientes necesarios para llenarnos de energía y mantener las células de nuestro cuerpo al 100.
En la digestión interviene la boca, con la masticación y salivación; el esófago; el estómago; los intestinos; la vesícula biliar y el páncreas.
Ahora sí, es momento de ver cuáles son las probables causas de que este proceso no se lleve a cabo correctamente para saber cómo mejorar la digestión sin gastar mucho dinero.
- Mala alimentación.
- Alergia o intolerancia a algún alimento.
- Malos hábitos de vida.
- Gastritis o colitis nerviosa (es muy frecuente cuando se sufre de estrés).
Cómo mejorar la digestión sin gastar mucho
Tal como lo mencionamos al inicio de este artículo, tener dolor de estómago todo el tiempo; acidez; reflujo; gases o diarrea, no es normal. Si consideras que tu problema no es severo, antes de ir con un especialista en el aparato digestivo o en nutrición, puedes intentar algunas de estas acciones sencillas para mejorar tu digestión sin gastar mucho dinero.
Mastica bien los alimentos
Este es un consejo básico pero efectivo. Disfruta la comida, tómate el tiempo para masticar bien los alimentos. Recuerda que además de preparar el bolo alimenticio que procesarán los jugos gástricos, la masticación nos ayuda a digerir los azúcares. Si tus bocados no están bien triturados, y además son grandes, causarán que tragues aire y te producirán gases o acidez.
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Lo recomendable es masticar la comida al menos 20 veces para que se digiera adecuadamente.
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Para evitar esto, los expertos recomiendan no hablar mientras comemos y comer durante 20 minutos, ya que es el tiempo que el cerebro necesita para enviar la señal de saciedad al estómago.
Establece un horario para tus comidas
Lo ideal es que definas un horario para tus comidas y lo respetes lo más que se pueda para acostumbrar a tu sistema digestivo a trabajar con regularidad. Puedes dividir tu ingesta de alimentos en cuatro o cinco comidas principales: desayuno, snack, comida, snack y cena. Es importante que no te brinques ninguna para que no alteres la rutina del estómago y de los intestinos.
Elige tu dieta sabiamente
Bájale al consumo de sal y a las bebidas gaseosas; súbele al consumo de fibra y de lácteos fermentados (yogurt, kéfir).
La fibra la puedes consumir incluyendo verduras, frutas, granos, cereales y semillas en tu dieta, ya que son alimentos ricos en fibra que te ayudarán a regular la digestión y a evitar el estreñimiento.
El consumo de lácteos fermentados se recomienda debido a que contienen microorganismos (probióticos) que ayudan a activar el sistema digestivo, a mejorar la absorción de nutrientes y a mantener la flora intestinal en buen estado.
También te recomendamos disminuir el consumo de bebidas gaseosas, ya que facilitan el acumulo de gases; y disminuir el consumo de sal, ya que provocan retención de líquidos.
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Por cierto, ¿sabías que el alcohol, el tabaco y los alimentos fritos irritan el estómago?
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Para finalizar con este punto, no olvides comer siempre platillos equilibrados; procura que la mitad de tu plato sean alimentos cocidos y la otra mitad crudos. Así mismo, intenta calcular las porciones justas para que no te dé reflujo, e incluye proteína de forma moderada en cada comida para favorecer la buena digestión.
Evita consumir alimentos y bebidas muy frías o muy calientes
Por extraño que parezca, expertos en el tema afirman que las temperaturas extremas irritan las mucosas digestivas; por lo tanto, es mejor que las bebidas y alimentos que consumas estén a temperatura media.
Bebe suficiente agua
En la misión de cómo mejorar la digestión sin gastar mucho, el agua tiene un papel fundamental debido a que ayuda a que nuestros órganos funcionen correctamente. Pero ojo, contrario a lo que muchas personas creen, consumir líquidos durante la comida, más que ayudarnos a regular las cantidades que ingerimos, favorece la segregación de jugos gástricos que provocan que la comida sea más pesada. En resumen, lo mejor es consumir nuestras bebidas después de comer.
Además del agua, algunas bebidas que te pueden ayudar a mejorar la digestión después de comer, son las infusiones de plantas como el hinojo, menta, manzanilla, el jengibre o la melisa. Todas estas hierbas te ayudan a eliminar los gases, calmar el estómago e incluso a combatir el estrés.
Evita hacer ejercicio 1 hora antes o después de comer
Si eres de las personas que se ejercitan, te recomendamos hacerlo dos horas antes o dos horas después de haber comido, ya que la digestión es un trabajo muy pesado para el organismo y la sangre se concentra ahí. Si lo haces antes de este tiempo, los músculos también requerirán sangre y te puede llegar a dar un calambre.
Por otro lado, si no perteneces al público fitness y tienes mala digestión, es importante que realices ejercicio físico moderado con regularidad para mantener activo el intestino. Aquí te dejamos un artículo en el que encontrarás algunos ejercicios fáciles para hacer en casa. ¡Anímate a hacerlos!
No te acuestes después de cenar
Nuestro último consejo sobre cómo mejorar la digestión sin gastar mucho, es que descanses lo suficiente, que cenes ligero y que no te vayas a la cama inmediatamente después de cenar. Acostarte después de comer te puede provocar reflujo y dolores estomacales.
Constancia y disciplina: la clave para tener una buena digestión
Recuerda que toda acción debe estar acompañada de constancia y disciplina. En otras palabras, estos consejos son muy útiles si los pones en práctica de manera regular, no un día sí y tres no. Al principio quizá se te haga un poco complicado, pero con el tiempo te acostumbrarás y tu aparato digestivo te lo agradecerá.
Si después de un tiempo de implementar estas acciones, tu digestión no mejora, lo ideal será que consultes a un especialista para que te dé un diagnóstico o te refiera con algún nutricionista.